Lecciones para ser mejor abuelo

Cruz Roja imparte en varios centros cívicos de Córdoba un curso sobre normas básicas dirigido a personas que ejercen a diario como cuidadores de sus nietos.

La diferencia entre autoridad y autoritarismo o la importancia de mantener las normas cuando se trata de educar a un niño son algunas de las lecciones básicas que se aprenden en la escuela de abuelos de la Cruz Roja. Pautas que estos cuidadores agradecen a la hora de afrontar la educación de los más pequeños de la casa cuando estos no son sus hijos sino sus nietos. La mayoría de las personas que acuden a las clases de la psicóloga Lola Aranda y la educadora Rocío Hiedra son mujeres, aunque también hay algún que otro abuelo entregado a sus funciones.

Es el caso de Rafael, que asiste también en nombre de su mujer, a la que una discapacidad le impide acudir al centro cívico. «Durante el curso escolar, por la mañana, llevo al colegio a un nieto de tres años y, a mediodía, recojo a otros dos, uno de tres y otro de siete. Se quedan a comer con nosotros y por la tarde, según lo que tengan que hacer los padres, se quedan más o menos rato en casa». Rafael asegura haber aprendido muchas cosas en estos cursos. «La forma en que a mí me educaron es muy distinta a la de ahora, pero hay que enseñar a los niños a respetar ciertas normas y aquí nos enseñan la mejor manera de hacerlo», explica, antes de reconocer que, como padre, nunca dedicó tanto tiempo a sus hijos como el que está compartiendo con sus nietos. «A los padres de ellos les pasa igual que a mí en mis tiempos, que no tienen tiempo, llegan cansados del trabajo y a veces, para no aguantar al niño, le dan todo lo que quiere, pero hay que intentar que tengan cierta disciplina». En eso coinciden también las profesionales que imparten los talleres. «Sin embargo, disciplina no significa siempre castigo. Para que un niño haga caso, es muy importante razonar con él las normas para que se dé cuenta de por qué se le prohíbe hacer una cosa», comenta Lola a los asistentes.

Paqui e Isabel son dos abuelas asiduas al curso. Las dos saben bien lo que es estar al cargo de los nietos y la lata que pueden dar, aunque están encantadas con el trabajo. Su única queja es que, al ser madres de hijos separados, existe una dificultad añadida a la hora de consensuar las reglas que se deben respetar. «Si hay mala comunicación entre tu hijo y su ex pareja, es muy difícil saber cómo tienes que actuar tú, porque los niños tienen órdenes contradictorias en una casa y en otra», comenta Paqui, que asegura haber resuelto algunos entuertos domésticos con la ayuda de estas educadoras.

Aunque no siempre es tarea fácil, Lola Aranda recomienda siempre el diálogo como vía de solución. «Pero no solo con los nietos, sino con los padres de los niños, que son los que tienen la responsabilidad última de los chavales», comenta.

Después de la clase, muchas de las abuelas aprovechan la ocasión para consultar las dudas concretas que les surgen en la convivencia con los nietos. «Yo tengo tres nietos y con dos de ellos no hay problema, pero la chica me puede, a veces me pongo a llorar. Tiene 16 años y está en la edad mala, es muy rebelde y, claro, hay que estar muy pendiente de ella para que no se eche a perder», dice Salud, viuda desde hace 36 años y madre de una hija que le ha dado tres nietos, a los que cuida junto a «dos agregados más de una vecina».

Actualmente, hay en marcha tres escuelas de abuelos, ubicadas en el centro de servicios sociales comunitarios de Moreras, en el centro de día de mayores Osario Romano y en el centro cívico Arrabal del Sur.

enlace al Diario Córdoba

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