Vecin@s
……Asumir las cargas familiares
Y es que son muchos los chavales que se ven obligados a tomar las riendas de sus vidas y las de los suyos demasiado pronto. Y, si no, que se lo pregunten a Samuel Moreno, uno de los jóvenes de los ‘vikingos’ que nunca salen en los periódicos.
De etnia gitana y una familia humilde que se dedica a la venta ambulante, Samuel no tuvo más remedio que dejar de estudiar cuando terminó la enseñanza obligatoria porque era el mayor de cuatro hermanos y “tenía que echar una mano en casa”. Aún así, siempre ha sido un currante, un “buscavidas” -como él se define-, que se ha echado a sus espaldas las responsabilidades que ha ido teniendo en cada momento. Ahora ha cumplido los 27, tiene cuatro niñas de entre cuatro meses y ocho años, es músico y trabaja día a día como educador en la asociación Encuentro en la Calle para tratar de romper con los estigmas del barrio. “Es muy triste que ser de la calle Torremolinos se identifique sólo con delincuencia y droga, sobre todo, porque esto hace que los chicos de aquí acabemos pensando que no hay otra salida. Es muy difícil no tirar la toalla cuando entregas un currículo y no te llaman por donde vives”, se queja.
Él, sin embargo, es una muestra de que, a pesar de todo, con esfuerzo se pueden alcanzar las metas y esto le ha llevado a convertirse en una especie de héroe en su barrio, un ejemplo a seguir para quienes confían en que su destino no está marcado por el lugar donde nacen, porque, tal y como advierte este gitano no tan atípico, “en esta zona sobran los consejos y faltan soluciones”.
Fuente: La Calle de Córdoba (articulo + amplio)