Un barrio de convivencia

Un barrio de convivencia

La plaza de la Unidad acogió el fin de las Jornadas de Paz del Distrito Sur.

Decía Isaac Newton que no hay acción sin reacción, ni trabajo sin recompensa. Una frase que viene como anillo al dedo para contextualizar la fiesta que puso ayer el broche de oro a las Jornadas por la Paz del Distrito Sur, que comenzaron el día 29.

Un total de 26 años han pasado desde que esta actividad comenzara y echar un vistazo a la plaza de la Unidad a media mañana de ayer muestra que Newton tenía razón, porque los ciudadanos de este distrito cordobés recompensaron 26 años de esfuerzo convirtiéndose en un ejemplo de convivencia, interculturalidad y, por su puesto, paz.

Niños procedentes de todas las ludotecas cordobesas arrancaron la jornada tirando unos 250 globos al aire para después participar en talleres infantiles en los que dibujaron, realizaron manualidades creando sus pulseras, pendientes y collares, y, sobre todo, cantaron y bailaron gracias al espectáculo del grupo Globo Luna.

«Este es el primer año que venimos. Aquí claro que hay convivencia y paz, porque mira cómo se unen todos los niños», comentó Inmaculada, una madre que traía a sus hijos desde la ludoteca de Santa Rosa.

Entre ese alboroto inconsciente y vivaz de los más pequeños, los adultos observaron cada uno de los stand, que establecieron los diez colectivos ciudadanos que participan en este programa, que acogían, entre otros, exposiciones fotográficas, vendían tes, libros de interculturalidad y artículos de comercio justo.

Por ello, el presidente del Consejo del Distrito Sur, Luis García, indicó que «estamos muy contentos con el éxito de participación que han tenido las actividades del programa. En especial, la Candelaria y el Día Escolar por la Paz».

García subrayó que «la participación en estas jornadas es una cosa muy arraigada en este distrito y eso nos anima a seguir adelante».

De hecho, esta edición han conseguido elevar la implicación de colectivos de mujeres, como con Al-Amal, y de gente joven. «Nos preocupaba no conseguir encontrar una conciliación con los más jóvenes, pero este año lo hemos conseguido», puntualizó el presidente del Consejo.

Al respecto la delegada de Participación Ciudadana, Inmaculada Durán agregó que «vamos a mimarlos para que no pierdan esas ganas de estar aquí. Parece que los jóvenes no se quieren comprometer, pero es un defecto nuestro por no saber engancharlos».

Para potenciar ese enganche trabaja Mariví Pérez en Surcultura, un colectivo que persigue que los más jóvenes «lleven a cabo un ocio alternativo y solidario». Pérez comentó que «esto se ha convertido en un ejemplo de paz para todos los cordobeses, niños, jóvenes y adultos».

La jornada finalizó con una paella volviendo a demostrar que todos, personas del barrio y de otros distritos, inmigrantes, grandes y pequeños son un símbolo de paz y convivencia.

Fuente: Diario Ccórdoba

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